Investigación de fraude

Las aseguradoras recuperan 48,10 euros por cada euro que destinan a investigar posibles casos de fraude. Esta es una de las conclusiones que arroja el informe El fraude al seguro español.

 

El fraude en el mundo de los seguros es un problema mundial con un coste anual que se ha estimado en miles de millones de euros. Además de ser perjudicial para las compañías de seguros, que pueden perder dinero pagando en reclamaciones falsas, el fraude también perjudica a todo el que compra un seguro, ya que las primas se van recalculando y ajustado en base a esos costes.

 

Las investigaciones sobre los casos de sospecha de fraude, se activan cuando los tramitadores o peritos de seguros creen que un caso que están evaluando parece sospechoso, carece de información clave, o es claramente fraudulento.

 

Durante el desarrollo del análisis del siniestro, el investigador, recopilará toda la información que considere precisa, verificará el lugar de la escena, se entrevistará con los intervinientes, testigos, consultará expertos, bases de datos y, si llega el caso, puede obtener ayuda utilizando los mecanismos jurídicos a través de la compañía aseguradora.

 

Disponemos de un protocolo específico para actuaciones en caso de sospecha de fraude en un siniestro, sea este de robo (los más frecuentes), incendio o cualquiera otro tipo de los eventos que se incluyen en las coberturas de las pólizas.

 

Aunque sea un caso de “daños por agua” que por su cuantía no exceda de los denominados “siniestros de masa”, consideramos que hay que investigarlo porque esta actividad no va a suponer un extra coste para la aseguradora y en cambio los posibles beneficios no solamente económicos, por los importes dejados de indemnizar, van a ser importantes.