REPARACIONES EN HOGAR

REPARACIONES EN HOGAR

Vuelta nuevamente al curso de trabajo después de los meses de calor de verano, que evidentemente no todos han sido de vacaciones.

Hay un tema ( entre otros) que lleva cierto tiempo inquietándome, por las repercusiones que pueda tener en los clientes – asegurados de póliza combinadas, sobre todo de hogar. Y es el elevado coste que presupuestan los reparadores particulares en relación con la realidad de las reparaciones que se deben de realizar.

Ello afecta en gran medida a siniestros de daños por agua, en los que debe de intervenir tanto un fontanero para localizar y reparar la avería, como un albañil para el cierre de la localización y el acabado del paramento.

Por un lado, se suele abogar en determinados ámbitos – sobre todo rurales o en poblaciones pequeñas – por los servicios particulares “versus” los reparadores de asistencia de las aseguradoras, por la cercanía y confianza de los asegurados en relación a los mismos. Ello da también la tranquilidad a la aseguradora de en el caso de realizarse alguna reparación de forma incorrecta, no se incurra en responsabilidad por la misma sino que debe de ser el cliente – asegurado quien resuelva pues la aseguradora ya habrá indemnizado para que se realice correctamente.

Pero desde hace bastante tiempo llevamos estadística de este tipo de reparaciones y en concreto de siniestros de daños por agua, en que interviene albañil y fontanero como mínimo y que se repara por servicios ajenos a la aseguradora, contratados por el asegurado. Vemos que es repetitivo la información errónea que estos profesionales facilitan al asegurado pues no tienen claros los límites de lo que podemos denominar “reparación” con los de “mejoras en las instalaciones” lo que al final crea un problema con el asegurado pues al mismo se le truncan las pretensiones indemnizatorias con la intervención del perito y las explicaciones del mismo en relación a la reparación.

Por otro lado, la ligereza con que se intentan las localizaciones mediante picado en alicatado o desmontaje de sanitarios cuando pueden realizarse por el trasdós o mediante otras comprobaciones no invasivas.

El tercer punto habitual es la valoración mediante el cálculo de horas. Es también frecuente verificar presupuestos o incluso facturas de , por ejemplo, tapado de una cata de menos de 2 m2 con alicatado dentro de un armario de cocina de obra, en pared y solado en que se presupuesta todo un día de trabajo para dos personas, aduciendo que el profesional trabaja siempre con ayudante y que ese es el tiempo que se ha estado para hacerlo. El concepto de tiempo medio no lo tienen claro y facturan mediante cálculo de horas y desplazamientos, aún cuando han empezado el trabajo, se han ido, han vuelto a media mañana, han vuelto a marchar y no han llegado hasta las cinco de la tarde para recoger e indicar que volverán mañana, facturando todas las idas y venidas y las horas intermedias.

Naturalmente no siempre es así y hay profesionales que realizan un excelente trabajo de localización, reparación y tapado, pero evaluando los tiempos, en todos los casos se excede de lo que puede considerarse lo “normal o promedio” de reparaciones, aún cuando realicemos un cálculo de horas.

Luego, cuando viene la factura si no se ha comentado antes con el perito, viene la explicación al asegurado y el consiguiente enfado del mismo y en muchos casos también del mediador, que ve peligrar la continuidad de la póliza, siendo casi siempre el perito el “culpable” del hecho si se produce.

Tenemos la contrapartida de los reparadores de las aseguradoras, profesionales en muchos caso dependientes de mayoristas de reparaciones con los cuales, para que negarlo, también hay determinados problemas. Problemas como la aducida falta de profesionalidad o conocimientos en algunos casos, rapidez excesiva en las reparaciones, traducida en por ejemplo el pintado parcial de una pared cuando se ha autorizado el pintado de la totalidad de la misma, la negativa a realizar determinadas reparaciones en tuberías deterioradas ( cosa que entendemos por el tema de la garantía de la reparación), pero que representan un problema para el asegurado pues la reparación puntual de la causa no debería de dilatarse para no dejarle sin agua, etc…

Problemas habituales que en la mayoría de los casos podrían resolverse realizándose las reparaciones por parte de reparadores de las aseguradoras si bien con la supervisión de un perito.

Ello tendría la ventaja de que no habría disfunciones en los costes – y si las hubiere no serían de la incumbencia del asegurado-, que las reparaciones se realizarían, al menos las urgentes, en un plazo de tiempo acordado y que la calidad de las mismas en cuanto a la reparación en si misma y también en cuanto al alcance sería verificados y la aseguradora tendría la garantía de la intervención pericia.

En definitiva, que el asegurado vería cumplidas sus expectativas en cuanto a la reparación pues se le habría resuelto el problema y en relación a la aseguradora se tendría la tranquilidad de que hay intervención pericial y no habría problemas   con los asegurados siendo que los mediadores no tendrían problemas en este sentido para el mantenimiento de las pólizas.

Siempre quedaría el asegurado que con unas tuberías de hierro absolutamente corroídas pretende que sea la aseguradora quien asuma el coste de sustitución de la totalidad de las mismas, pero serían temas puntuales y concretos con poca incidencia estadística.

Debemos de concienciarnos todos de que la propuesta no es descabellada, al contrario, tiene ventajas para todos los intervinientes en el siniestro aunque, como es de esperar habrá incidencias que el perito en la mayoría de los casos y en la mayoría de las aseguradoras, podrá resolver sobre la marcha pues dispondrá de facultades suficientes.

Aunque sea un punto de vista interesado, debemos decir que la calidad de las reparaciones es directamente proporcional a la participación del perito en las mismas y que los costes medios de las reparaciones realizadas directamente por reparadores sin intervención del perito podría descender si se diese a este intervención. Baste verificar las estadísticas de comprobaciones una vez terminadas que realizan determinadas compañías y que arrojan saldos de disfunciones en algunos casos, superiores al 15% en pequeñas reparaciones, lo cual compensaría con creces los honorarios periciales.

Sigamos trabajando para mejorar la relación con los asegurados, resolviéndoles los problemas con cobertura en el contrato de seguro, enfocado a los mismos nuestra actividad en lo que sea de nuestra competencia pues ello redundará, esperemos, en mayor volumen para nosotros, menor coste para las aseguradoras y mayor satisfacción para los asegurados.

Barcelona, 2 de septiembre de 2019.

Josep Juan Buixeda.

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